La clasificación errónea se produce cuando, por error, se contrata a alguien como trabajador por cuenta propia en vez de como empleado a tiempo completo. Esto significa que los trabajadores y los empresarios podrían no estar pagando todos los impuestos laborales obligatorios y no estar beneficiándose de los derechos y las prestaciones laborales correctas según las leyes y normativas laborales locales.

Los trabajadores por cuenta propia son perfectos para puestos temporales cuando necesitas conocimientos especializados o mano de obra adicional, pero, por definición, no deben estar a cargo de otros empleados ni ser responsables de iniciativas importantes si pretendes cumplir la normativa sobre clasificación.

Además, deben poder elegir su propio horario, sin horas fijas, y tener la posibilidad de aceptar encargos de otros clientes.

Algunas empresas establecen relaciones de colaboración con los trabajadores como si fueran «pseudoempleados». Para la empresa, es un trabajador por cuenta propia, pero, según la legislación local, probablemente se le debería considerar un empleado al uso.

Estos «pseudoempleados» son personal continuo a tiempo completo, cuyas funciones y condiciones laborales establece la empresa, pero que están contratados como trabajadores por cuenta propia. Este tipo de relación laboral sería un ejemplo claro de clasificación errónea de los empleados.

Clasificar mal a los trabajadores, ya sea por accidente o a propósito, puede tener graves consecuencias.

Los riesgos pueden implicar duras sanciones y multas, además de impuestos atrasados. También podrías tener que indemnizar a los trabajadores mal clasificados pagándoles los salarios y las prestaciones que hayan dejado de percibir.

La clasificación errónea también puede originar problemas legales, ya que estas designaciones incorrectas pueden perjudicar a trabajadores, sindicatos u otros grupos.

En Estados Unidos, Hacienda dice que «cualquier persona que preste servicios para ti es tu empleado si puedes controlar lo que se va a hacer y cómo se va a hacer.

Esto es así incluso cuando das libertad de acción al empleado. Lo que importa es que tengas derecho a controlar los detalles de cómo se prestan los servicios».

Sin embargo, las normas varían de país a país y no paran de cambiar.

Eso sí, hay una serie de indicadores que pueden servir para evaluar el riesgo de clasificación errónea de tus trabajadores por cuenta propia.

En el Reino Unido, Uber se vio obligada a reclasificar a sus conductores: pasaron de «trabajadores por cuenta propia» a «trabajadores». El juicio de este caso del que tanto se habló tardó cinco años en resolverse.

Tras un proceso judicial de 10 años, Swift Transportation, empresa de transporte por carretera con sede en EE. UU., tuvo que pagar más de 100 millones de dólares por daños y perjuicios a 20 000 trabajadores a los que habían clasificado erróneamente.

En los últimos años, se han producido casos parecidos en todo el mundo. Estos tipos de clasificación errónea pueden dar lugar a problemas de percepción negativa: puede que los trabajadores renuncien o se marchen, que los posibles candidatos miren tu empresa con malos ojos y que tus clientes se replanteen vuestra relación.

Quizá las normas sobre clasificación errónea de trabajadores por cuenta propia no te afecten ahora mismo, pero sigue siendo importante que conozcas el riesgo y actúes de forma proactiva para asegurarte de que tu empresa cumple la legalidad en todos los países del mundo en los que tengas trabajadores.